Me encuentro extrañando cosas que eran casi insignificantes en mi vida. Solo ocupaban casi un dos por ciento del total. El típico uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, es así y se siente. En esa desaparición, eso que era “poco” se extraña mucho.
Eso que era intermitente, aislado a veces, ahora desapareció y por el momento no existe. Eso que ahora no existe se extraña. Y así surgió esta lista de lo que extraño para poder poner en palabras ese dos por ciento que ya no pasa desapercibido y pesa más que antes.
Extraño tus mensajes sin saludos previos. Extraño tus llamadas inesperadas, en horarios impensados y difíciles de disponibilidad.
Extraño tus respuestas cortas, a veces monosílabos, conversaciones inconclusas y mensajes esquivas.
Extraño que me sorprendas con alguna idea que nada tenía que ver con mi realidad.
Y también sé que volverán a suceder. Nuestra relación está intacta, o eso es lo que creo por el momento.
Nose si duele, solo sé qué extraño ese “poco” que siempre fue “mucho”.